jueves, 10 de mayo de 2012

Microrelatos.


1º Presentación, nudo y desenlace.

Era un día típico de invierno. La mañana amaneció gris, con una niebla que no dejaba ver a tres pasos de donde estaba, Salí de casa camino a la escuela, y cuando solo llevaba cinco minutos andando empezó a llover.  Como todos los días desde que empezara el curso, pasé por casa de mi amiga Eva a buscarla. Llamé al telefonillo:

            -Aún me queda un rato. Sube, me contestó con voz nerviosa.

Subí a su casa, me abrió la madre y me ofreció una taza de café mientras Eva acababa de arreglarse. Miré el reloj y me dio un sobresalto: !sólo quedaban 10 minutos para la entrada al colegio¡. Salimos escopetadas, entramos en el ascensor y…!!!!! puf¡¡¡  oímos un chasquido. Nos quedamos paradas entre dos planta: ¡qué nervios¡. Encerradas y un poco asustadas, me di cuenta de que no íbamos a llegar a clase. Llamamos al servicio urgente de rescate, y rápidamente, después dos horas de encierro, llegó el técnico, y estando un cuarto de hora  ascensor para arriba, ascensor para abajo, con la sensación de estar en una lanzadera. Salimos apresuradamente, llegando al colegio a la hora del recreo. Todavía tuvimos tiempo de comentar con nuestras compañeras esta pequeña aventura.

2º Descripción y dialogo.

Día 22 de junio, ultimo día de colegio en el que todos celebrábamos la llegada del verano y nos despedimos de nuestros amigos hasta el curso que viene. Para algunos  un día terrorífico: La entrega de notas.

Somos seis hermanos, cinco chicas y un chico. Las chicas nunca habíamos sido malas alumnas, siempre aprobábamos, pero mi hermano: ¡hay mi hermano¡….  Llegamos a casa  todos dispuestos a entregar las notas a nuestros padres. Bueno, todos menos uno, mi hermano.

Fui la primera en entregar las notas,  por eso era la mayor. Seguidamente, una tras otra, mis hermanas siguieron con el ritual de entrega de notas a nuestros padres. Mientras tanto miraba de reojo a mi hermano. Al ser el más pequeño era el último en entregarlas, pero no paraba quieto, se le notaba algo nervioso. Tenía, como más tarde me contó,  un sudor frio que le recorría toda la espalda. Llego su turno.

-¿5 suspensos? ¡Cinco¡ ya esta bien , ni parciales ni finales- grito mi padre, mientras los demás hermanos observábamos .

-¿Sabes por que esta pasando esto? Porque lo tenéis todo hecho y os cansáis solo con mirar, así os va. Pero te voy a decir una cosa, el que esta estudiando eres tu, el que tiene que estudiar eres tu, porque yo ya tengo la vida hecha.

Mi hermano aguantaba con cara de resignación y asintiendo con la cabeza.

Mi padre continúo con el rapapolvo de que en su época no había facilidades, que tenia que andar una hora ida y otra vuelta para ir a la escuela, más dieciséis horas en la escuela y otras seis trabajando en el bar…

En seguida mi hermana Lucia salto: - Cómo antes los días no tuvieran cuarenta horas a mi no me salen las cuentas…

Todos nos reímos, menos mi padre que esperaba una contestación.

- Pero antes no había tantas asignaturas como ahora, antes con los cuadernillos de rubio, y aprender las cuatro reglas y cuatro cancioncillas bastaba…- Contesto mi hermano todo lleno de su razón.


3º 3 Líneas de presentación

Verano para mí siempre ha sido sinónimo de: calor, vacaciones, playa, piscina, pueblo, amigos, helados… Este año algo cambiaba. Después del ultimo día de colegio, nos íbamos al aeropuerto a coger un avión que nos llevaría a……

No hay comentarios:

Publicar un comentario