Nuestra recompensa de sobrevivir a las Navidades es el año nuevo, que trae la gran tradición de los propósitos de año nuevo. Es duro resistir la oportunidad de un nuevo comienzo, una oportunidad de dejar los problemas del último año en pasado.
¿Quién puede determinar cuando termina lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni el año nuevo. Es un suceso, grande o pequeño, algo que nos cambia. Lo ideal, sería que nos diera esperanza para una nueva forma de vivir y ver el mundo. Dejar que se vayan los viejos hábitos, viejos recuerdos… Lo importante es que nunca dejemos de pensar que podemos tener un nuevo comienzo. Pero también es importante recordar que entre toda la mierda hay algunas cosas que realmente vale la pena mantener
sábado, 24 de diciembre de 2011
domingo, 18 de diciembre de 2011
CARTA A LOS REYES MAGOS DE UN NIÑO CUALQUIERA
Queridos Reyes Magos:
Este año he sido muy muy bueno buenísimo, pero esta vez de verdad, por que mi papa me dijo que si era muy muy bueno buenísimo y deseaba algo con todas mis fuerzas mi deseo se haría realidad, así que cuando podía ser malo, me acordaba de él y era muy muy bueno buenísimo y como me he acordado todo el año de él, pues por eso digo que este año es de verdad…
Siempre me acuerdo de cuando iba con él y al pasar una moto me decía cual era y a mi me gustaba mucho oirle como contaba sus viajes y salidas de los sábados con los demás papas moteros… Nunca me dejó subir con él en la moto por que me decía que no tenía edad y que cuando fuera mayor me compraría un casco y nos iríamos los dos juntos de viaje. Yo quería que me subiera ya y viajar con él pero sabía que no podía porque es muy peligroso subir en moto sin casco ni nada… Un sábado mi papa salió por la mañana con la moto. Siempre me gustaba cuando se ponía la ropa de la moto porque mi papa parecía un superhéroe …
Al salir se despidió como siempre con un “super abrazo motero” como él lo llamaba y nos hicimos el saludo de la mano con dos dedos que a mi me gustaba mucho y siempre lo hago a los moteros que veo… Mi mamá se puso seria cuando mi papa cerró la puerta, pero no me preocupé mucho porque siempre que mi papa salía con la moto mi mamá se ponía triste y seria… Lo que pasa es que mi mamá todavía sigue triste porque mi papa no hha vuelto…
Mi mama me dijo que papa se había tropezado con un guardarraíl y que se había perdido por la carretera y que por eso no volvía, pero yo creo que mi papa volverá porque el siempre llegaba a todos los sitios… Yo no se que es un guarda raíl y a mi mamá no se lo quiero volver a preguntar porque se pone muy triste y llora pero a mi no me gusta ese tal guardarraíl porque ha perdido a mi papa por la carretera… Así que este año como he sido muy muy bueno buenísimo, os pido que hagáis que mi papa encuentre por fin el camino de vuelta a casa, porque hace mucho frío y quiero verle y darle un abrazo fuerte y que mi mamá no llore más…
También me gustaría que alguien me explicara que es un guardarraíl y porque están en la carretera si son malos y hacen que los papás no vuelvan a casa… Os doy las gracias por leer mi carta y como ya se que tenéis mucho trabajo ahora esperaré a que vosotros o alguien que mandéis me explique porque mi papa no puede volver a casa… Gracias de nuevo.
Un niño cualquiera.
TOC TOC en el Teatro Principe.
Crítica de la obra de teatro TOC, de nuevo en Madrid: espléndida
Tras ir el pasado jueves dia 15 de diciembre del 2011 a ver la obra de teatro "TOC TOC", la cual fue espectacular, comica e ingeniosa. Me puse a buscar artículos relacionados con la obra del cual escogí el que copio a continuación, ya que expresa la obra a la perfección añadiendo una critica de la misma .
de Di no a los malos rollos por Ramon Irigoyen.
TOC TOC: espléndida comedia
En el Teatro Príncipe Gran Vía sigue triunfando en Madrid, en su segunda temporada, con ya más de 400 representaciones, la comedia TOC TOC del francés Laurent Baffie. La espléndida versión española de la obra es de Julián Quintanilla. Un pamplonés que, por suerte para él, ha venido en coche a Madrid a pasar el puente de la Constitución, porque el viaje en avión, como a 600.000 compatriotas suyos, le habría causado una cruda pesadilla, me pide que le cuente el argumento de TOC TOC. Y como la maravillosa intriga de la obra no debe ser desvelada, me limito a decirle que las tres líneas que resumen en la prensa el argumento de la obra me parecen perfectas para saber todo lo que hay que saber, antes de ver esta comedia, tan elogiada por la crítica en Francia y en España, y a la que el crítico teatral Marcos Ordóñez calificó de burra. Tras haber disfrutado mucho con esta obra, debo decir que, en este caso, el calificativo de burra es, al menos para mí, muy positivo.
Me ha recordado este epíteto de burra, atribuido a TOC TOC por Marcos Ordóñez, al que tanto admiro, un momento sublime vivido por el filósofo pamplonés Pedro Arrarás en un teatro de Murcia. Asistía Pedro Arrarás a una ya lejana obra teatral cuando un espectador de gallinero, emocionado por la belleza de una actriz, y dirigiéndose a ella, interrumpió la obra al grito de: “Estás más buena que una burra cargada de magdalenas”. Así creo que hay que tomar, como un gran elogio, este epíteto de burra de Marcos Ordóñez, a quien probablemente le gusta más una mala tragedia que una buena comedia. Y, si fuera así, yo le comprendería porque también yo, al revés que en su caso, a la hora de ir al teatro, de entrada, siempre prefiero una mala comedia a una buena tragedia. Más aún, para mí no hay comedia mala. Tengo tan cubierto el cupo de tragedias por los telediarios que echarme al coleto en el teatro o en el cine una tragedia suplementaria me parece ya excesivo. Y, sin embargo, claro, sobre todo, por inercia de los telediarios, también voy al teatro a ver tragedias.
He aquí la sinopsis de la obra de Laurent Baffie. Seis personajes con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se conocen en la consulta de un afamado psiquiatra con el fin de solucionar sus problemas. Cada personaje tiene un TOC peculiar y distinto del de los demás personajes. El psiquiatra no ha venido ese día a la consulta y serán ellos los que tengan que analizar sus trastornos. Ni aunque me pidiera ahora más información sobre la intriga de la obra un controlador aéreo, es decir, un ciudadano especializado en chantajes, diría una palabra más que pueda desvelar los vericuetos de una acción teatral tan brillante y divertida como la de esta obra, que, en su ya larga etapa de éxitos, tantos miles de carcajadas ha suscitado en el público, que sale del teatro feliz porque se ha divertido mucho.
La obra seduce al público, en primer lugar, por el soberbio ingenio de su autor, Laurent Baffie, un todoterreno que ha triunfado en teatro, cine, radio y televisión. En segundo lugar, los responsables de esta auténtica fiesta teatral son el director y actor en la obra, Esteve Ferrer, y los actores y actrices, que, como el autor de la obra, también tienen un currículo kilométrico de éxitos en teatro, cine y televisión y están avalados por muchos premios. Daniel Muriel (Pep, en la obra), Esteve Ferrer (Camilo), África Gozálvez (Blanca), Inge Martín (Lili), Sara Moros (Asistente del Psiquiatra), Ana Frau (María) y Miguel Foronda (Fred) bordan con hilo mítico de Penélope una obra que, como vi con mis propios ojos – con ojos ajenos veo muy mal -, hizo brotar lágrimas de risa en algunos espectadores. Por asociación de ideas, cuando vi aquellas lágrimas en la sala, me acordé del inmortal verso “Penélope llora hilo”, de Rubén Hurtado, un alumno de la madrileña Escuela de Escritores, que, junto con otros compañeros, lo mismo que algunos le pegan al whiski, ellos ahora le están pegando al romance octosilábico. La Escuela de Escritores está domiciliada, a dos pasos del magnífico restaurante navarro La Manduca de Azagra, en la calle de Francisco de Rojas, nuestro genial autor teatral del siglo XVII, defensor de los derechos de la mujer, frente al antifeminismo general de cientos de autores nuestros, y maestro de Corneille y de otros dramaturgos franceses.
La dirección de Esteve Ferrer, un maestro en todos los géneros teatrales presentes, pretéritos y futuros, es magistral.
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